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Las horas transcurren como si nada, haciendo caso omiso a las súplicas de una adolescente que busca desesperadamente retornar a sus tiempos.
Hoy nos sonreímos con un extraño de camino al metro, y así como en las películas, no pude evitar girar la cabeza después de habernos pasado por el lado. De risos espesos y bolso cruzado.
Miércoles, 17:53
Publicado por Revelaciones de un añil opaco el jueves, 8 de mayo de 2014 a las 12:04 a.m.
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