Hay veces en que las cosas simplemente las sé.
Justo ahora que me estaba dando, de a poquito, pero al fin y al cabo dando me entero de que ha trasladado la mitad de sus mierdas a una segunda casa por si la primera se desmorona. Pero ya no es necesaria la inseguridad, ayer acabé para siempre con el jueguito de mierda que ya me estaba hartando bastante.
Me pidió una oportunidad, él muy estúpido no se enteraba que de hecho ya la estaba teniendo, pero la desaprovechó, y segundas oportunidades no doy. ¿Me creía lo bastante tonta acaso?
Publicado por Revelaciones de un añil opaco el sábado, 10 de mayo de 2014 a las 4:51 p.m.