página principalperfilseguir
Las horas transcurren como si nada, haciendo caso omiso a las súplicas de una adolescente que busca desesperadamente retornar a sus tiempos.
Ayer dediqué mi tarde a Kasimir.
Ya resignada a dejarlo ir, le dije que se fuera tranquilo, que necesitaba descansar y que no se preocupara por mí y sucedió que hoy amaneció muertito. Resultó ser que yo y mi egoísmo eran los únicos que lo mantenían aquí... Ahora donde quiera que esté, sé que está mejor y siempre, pero siempre lo tendré en mente a donde quiera que vaya. Gracias por todos estos años de ternura y de amor que, en una persona como yo, hacían mucha falta. te quiero, te amo y te adoro.


Publicado por Revelaciones de un añil opaco el martes, 4 de marzo de 2014 a las 10:17 a.m.
Entradas recientes | Revelaciones de un Añil | Entradas antiguas