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Las horas transcurren como si nada, haciendo caso omiso a las súplicas de una adolescente que busca desesperadamente retornar a sus tiempos.
Necesito liberar toda esta energía acumulada.
Necesito salir y hacer ruido, mucho ruido. Necesito sentir en mis manos la destrucción, la descomposición, aunque sea propia.

Estoy empeñada por seguir el camino del misterio, pero no sé cómo voy hacerlo sin que me sea devuelto el daño multiplicado por tres, porque sí, mi naturaleza es destructiva y vengativa y no estoy segura de poder contenerla. Pero buscaré la manera de hacerlo, porque de verdad me gustaría mucho adentrarme en ese mundo que desde pequeña me hizo sentir curiosidad.
... Aunque, tengo que decirlo, me asusta. Y mucho.
Publicado por Revelaciones de un añil opaco el viernes, 15 de noviembre de 2013 a las 12:26 a.m.
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