Extraño aquellos tiempos en los que eramos nosotras contra el mundo.
Ya no existe un nosotras.
Ahora es un contra el mundo por separado.
Recuerdo que todos los viernes nos sentábamos en los asientos al final de las micros antiguas y nos limitábamos a observar como la lluvia chocaba contra las ventanas. Nos bajábamos en el último paradero antes de que diera la vuelta y corríamos hasta llegar a su casa. Nuestra casa.
Nos sentábamos a lo indio en la cama una frente a la otra y planeábamos nuestro futuro. Luego comíamos como cerdas, veíamos series, grabábamos la mayoría de las cosas que hacíamos (de alguna forma sabíamos que a futuro nos asecharía una separación y nos aseguramos de guardar cada recuerdo para no olvidarnos y encontrar el camino de regreso) y nos quejábamos de lo incomprensible que eran nuestros padres en ese entonces.
Ahora las cosas han cambiado un poco, pero aún existe la esperanza de volver a juntar el nos y el otras nuevamente, como dije anteriormente. (Debe ser así)
te amo.Publicado por Revelaciones de un añil opaco el domingo, 27 de octubre de 2013 a las 12:18 a.m.