página principalperfilseguir
Las horas transcurren como si nada, haciendo caso omiso a las súplicas de una adolescente que busca desesperadamente retornar a sus tiempos.
Detesto el colegio, detesto su gente.
Por las mañanas cuando llego lo único que hago es sentarme, apoyar la cabeza en mis antebrazos, mirar y escuchar como todos sueltan estupideces, como aparentan y se entrometen. Ya con el transcurso de las horas, la frustración se convierte en un sentimiento iracundo y de no ser por mi ya domado control sobre éste, estoy segura de que no repararía en golpear a mi compañera de puesto, sin importar que sea mi amiga.
Quisiera algún día poder tener el valor de levantarme haciendo sonar la silla de forma estruendosa en medio de una clase, voltear la mesa y salir por la puerta sin antes quebrar un vidrio. (que estúpido)

bueno, me caen mal todos los conchetumares de ese colegio de mierda.
Publicado por Revelaciones de un añil opaco el lunes, 28 de octubre de 2013 a las 11:50 p.m.
Entradas recientes | Revelaciones de un Añil | Entradas antiguas