Mi última entrada fue en marzo del 2019; de eso ya han pasado 3 años.
Finalmente tuve una relación que dentro de todo lo lindo me obligó a renovar mi persona. Caí en un autosabotaje tremendo y en una tristeza profunda que caló hasta mis pulmones y enfermé. Realmente enfermé y me tuve que someter a una operación que duró muchisimo más del tiempo estimado y que de no haber sido por los ángelitos que me rezaron ya no estaría aquí, escribiéndote, mi plataforma del Diablo.
Cuando comencé este blog a mis 16 años jamás esperé que mi yo de 26 me estaría leyendo y reviviendo cada uno de mis pasajes, un tanto confusos y con mucha falta de contexto. Olvidé un par de amores que al parecer marcaron gran parte de mi juventud y me parece gracioso que algo por lo que me desviví en ese entonces ahora nisiquiera lo recuerde. Qué increíble lo pasajero de algunas penas y a la vez que nostalgico, pensar en aquellos inconvenientes tan ligeros que desearía cambiar con los que hoy tengo. Supieras las ganas que tengo de volver en el tiempo y hacer todo aquello que postergué por pura pereza; al día de hoy batallo con la procastinación. Espero que si pasan años de aquí a que vuelva a hacer una entrada, ya tenga algunas cosas resueltas y la libertad económica en la que siempre me he proyectado.
Hablando de eventos pasados y de nostalgias, en 5 días con mi aún y eterna mejor amiga Javiera, iremos a ver a paramore. Más que segura que se abrirá un vórtice que nos transporte a aires lejanos pero muy añorados.Publicado por Revelaciones de un añil opaco el martes, 28 de febrero de 2023 a las 7:53 p.m.
