A veces me da por ser zorra. Poner a prueba a los hombres y reírme de lo patéticos que llegan a ser algunos es uno de mis pasatiempos favoritos cuando me hallo en esta faceta.
Actuar con superioridad frente a las mujeres que considero ridículas y hacérselo saber. Aquí ya no me reservo las opiniones y simplemente las digo, sean antipáticas, crueles o de mal gusto. No me importa nada.
Es una faceta en que la maldad que yace en mí producto de varios factores se abre paso entre mis dos personalidades y se apodera de mi pensar y actuar. Fácilmente podría luchar contra ella y ganar, pero no, simplemente la dejo ser, y le estoy muy agradecida cuando aparece porque gracias a ello me reinvento como persona y adquiero nuevas experiencias, nuevas aspiraciones y nuevas confianzas.Publicado por Revelaciones de un añil opaco el martes, 27 de octubre de 2015 a las 2:12 a.m.
