Recuerdo cuando escribía deliberadamente el acontecer de mis días sin estancamiento alguno. De una pasada.
Cada día al que sucedo mi mente está más dañada, incapaz de organizar, desarrollar y llevar a la práctica pensamientos. Me encuentro bajo la presión de la comunicación; me aterra. Debí ser un pájaro en mi forma antigua, silbando y tarareando mis preocupaciones las dejo a cargo de la vida.
Seguramente Sandaime me ha hecho un shiki fujin logrando acaparar la corona de mi alma.Publicado por Revelaciones de un añil opaco el lunes, 22 de diciembre de 2014 a las 3:21 p.m.