El ser interdimensional que habita en mí está molesto, pero esta vez no con el mundo; con él. No existen motivos aparentes ni nada que pueda comprobarse por los cuales deba estarlo, pero lo está, el sentimiento es palpable, mi alma se ha anticipado a los hechos y me está advirtiendo que lo que se viene no es mucho mejor que el ayer.
Pasé de ser protagonista a narradora omnisciente, con los codos sobre la mesa y la cabeza apoyada en una de mis manos empuñadas que busca liberarse, mirando con compasión y un poco de humor su propia representación por la desventura en la que vaga constantemente.
a través de los siglos.
a través de las décadas.
a través de los años.
a través de las semanas.
a través de los días y la horas deshabitadas.
Publicado por Revelaciones de un añil opaco el jueves, 25 de septiembre de 2014 a las 11:38 p.m.