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Las horas transcurren como si nada, haciendo caso omiso a las súplicas de una adolescente que busca desesperadamente retornar a sus tiempos.
No existe manifestación más hermosa de la tierra que la lluvia acompañada de sus cielos grises que tanto me calman y me llevan a ese plano denso donde el aire se siente suave y es hasta posible tocarlo con las manos.
Mis papás me han regalado este día para estar sola, y lo estoy, pero nunca antes me había sentido tan acompañada; Ha vuelto y está justamente aquí conmigo, dando vueltas de vez en cuando por la casa y subiendo las escaleras a paso lento y pesado, lo que inquieta a mi perra que se ha estado paseando de acá para allá hace rato. Deduzco que su visita se debe a que la noche de ayer me sentí tan común y corriente como la mayoría de la gente que ahora se refugia bajo los techos de su casa, que vino para que me diera cuenta por mí misma que nada había cambiado, que estaba siendo un poco paranoica con lo que había sucedido ayer. Nadie me ha quitado nada ni se ha beneficiado de mi psique.
''cruzaste hacia el otro lado''... gracias.
Publicado por Revelaciones de un añil opaco el sábado, 15 de febrero de 2014 a las 5:16 p.m.
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