Lo bueno de salir relativamente cerca de casa, es que a la mañana siguiente -en vez de esperar una micro- agarras tu bicicleta y te vas relajada, con el viento que te despabila y despierta esa llamita de ''aprovecha el día'', así que eso hice. Llegue a mi casa y después de ducharme, partí de nuevo con una amiga a la plaza yungay a vender ropa; no nos fue muy bien así que partimos a la plaza brasil donde intercambié los bototos de mis sueños con una señora por uno de mis pantalones.Publicado por Revelaciones de un añil opaco el lunes, 3 de febrero de 2014 a las 6:23 p.m.