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Las horas transcurren como si nada, haciendo caso omiso a las súplicas de una adolescente que busca desesperadamente retornar a sus tiempos.
¿Cómo es que nadie se acordó de mí este dieciocho? ):
Será pues, obligada a ir a celebrar con mis trillizas a casa de su hermana mayor.
Estoy impaciente por que llegue luego el viernes para ir a acampar con mis compas no tan compas a melipilla hasta el domingo, o quién sabe, hasta el martes. Al fin y al cabo, soy de esas personas que no creen en la culpa ni en el castigo.
Adiosito
Publicado por Revelaciones de un añil opaco el miércoles, 18 de septiembre de 2013 a las 5:21 p.m.
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