Son estos momentos de mi vida en los que me encuentro totalmente vulnerable y profanada por desconocidos. He tenido la estúpida idea de subir a lo más alto de un edificio y darme el empujón hasta ser concebidora del clímax que la aglomeración de gente impaciente observa desde abajo, pero me he dado cuenta de que soy lo suficientemente cobarde para hacerlo.
Lamentablemente, he pisado nuevamente la posa que me hundió a principios de año y ni siquiera tengo los ánimos suficientes como para idearmelas en cómo sacar el pie de ahí. ¿Quién los tendría si es exiliado del propio círculo familiar?
Aún así, todo este problemático problema a resolver, me ha ayudado a descubrir quién realmente soy: ''un ente divino, concebida por vientre ajeno para salvar al mundo del odio'' JÁ. Cuando me enteré de esto, no pude evitar la risa. ¿Yo salvar al mundo del odio?, si precisamente soy yo la que más odio irradia hacia el mundo, pero luego de unos chequeos, luego de que todo a lo que no le encontraba sentido ahora lo tuviera, me sentí incluso fascinada. Espero llegar a juntar las fuerzas necesarias para el desarrollo.Publicado por Revelaciones de un añil opaco el miércoles, 28 de agosto de 2013 a las 10:39 p.m.
