Es absurdo querer escapar de algo que en su momento significó mucho para uno, por muy vergonzoso que ahora parezca. Con el tiempo me he dado cuenta de que doy demasiada importancia a la apariencia, dejando así de lado lo que realmente me gusta, lo que realmente me hace sentir bien, cómoda, en armonía...
Al fin he logrado entender que uno no necesita abrirse paso ante el mundo buscando ese algo que nos falta, porque ese algo siempre ha estado y lo hemos ignorado. Es cosa de regresar al momento más apasionante que nos ha brindado la vida y tomarlo todo. Aún así cuando éstos han sido los más melancólicos de nuestras vidas, lo que es en mi caso. (He de aclarar que la idea no es vivir estancado en el pasado, sino vivir el presente utilizando las cartas que éste nos dejó sobre la mesa.)
Aún siendo mis años de gloria los más melancólicos, fueron los más hermosos. Ya que fue precisamente en esa etapa de mi vida donde experimenté con cada sentimiento al máximo. Donde nada importaba más que lo que el corazón me dictaba... En mi persona, la felicidad giran entorno a la tristeza.
''Nunca pensé que en la felicidad hubiera tanta tristeza'' Mario Benedetti.
Publicado por Revelaciones de un añil opaco el domingo, 14 de julio de 2013 a las 12:31 a.m.