Sabía que no podría corresponderle del todo al chico del que hace un tiempo gusté, ella lo quiere mucho, pero no es suficiente... He sido, soy, y seré cómplice de ella hasta el fin de los tiempos. ¿Por qué? se preguntarán...
Es simple: la quiero demasiado.Publicado por Revelaciones de un añil opaco el jueves, 13 de junio de 2013 a las 8:36 p.m.