Son las 3:30 de la mañana y por alguna extraña razón, mi perra y yo estamos asustadas.
No sé exactamente a qué se deba, pero las paredes parecen ser rasguñadas, las cortinas tristemente violadas y el piso cruelmente golpeado...
Afuera corre un viento desgarrador, que con su paso, hace que los colgantes de la casa de al lado emitan ese sonido encantador que tranquiliza a cualquiera. Aunque esta vez, aquel sonido luce algo macábro, tétrico y tenebroso.
Etiquetas: vientos demoledores
Publicado por Revelaciones de un añil opaco el martes, 28 de mayo de 2013 a las 3:36 a.m.