Le creía muerto, pensé que el tiempo se había hecho cargo de eliminar todo rastro de su paso por mis vulnerables aposentos... pero me equivoqué. Ayer le volví a ver, y no fui capaz de controlar la revolución que mi corazón desató frente al monumento.
Llegué a casa con el corazón en la boca, ¿cómo era posible que después de tanto tiempo, el solo hecho de verlo, provocara lo mismo que hizo volverme loca la primera vez que me lo topé?, es increíble; con esto me doy cuenta de que no sólo se trataba de un simple encantamiento de típica adolescente y que los demás -aún- quedan muy por debajo de él lamentablemente.
He vuelto a caer, me verá caer, así como me verá volver.Etiquetas: adolescencia, ocean heart, segunda oportunidad, tiempo, winterhours
Publicado por Revelaciones de un añil opaco el sábado, 20 de abril de 2013 a las 2:43 p.m.