página principalperfilseguir
Las horas transcurren como si nada, haciendo caso omiso a las súplicas de una adolescente que busca desesperadamente retornar a sus tiempos.
Esta entrada va dedicada al color más bonito del mundo, y lo que tengo que decir es simple.
Más simple que la tabla del uno, más simple que multiplicar fracciones, más simple que dar con la entalpía de una reacción química. Más simple que ella misma...
Celeste, te amo.
Publicado por Revelaciones de un añil opaco el miércoles, 24 de abril de 2013 a las 5:51 p.m.
Entradas recientes | Revelaciones de un Añil | Entradas antiguas