Como benedetti, siento que nada me llena, nada satisface completamente mis gustos. Poco a poco la depresión se asoma, y con ella, un vacío maldito que me reprime el corazón...
Las cosas parecían marchar perfectas, y aún lo hacen, pero tengo el mal presentimiento de que pronto la soga no dará más y se cortará lanzandome a un abismo tormentoso del que tristemente me veré absorta...
Sólo me queda rogar, rogar de rodillas ante Ofelia para que la locura no me consuma por completo.
Etiquetas: cuerda, depresión, Señorita Ofelia, soledad, vacío
Publicado por Revelaciones de un añil opaco el sábado, 30 de marzo de 2013 a las 2:24 p.m.