Quedarme en casa contribuyó en muchas cosas, como por ejemplo: darme ánimos de salir, sin importar dónde.
Llamé a mi mejor amiga, Javiera, y quedamos de ir a ver el estreno repeptitivo en el matucana cien de "Joven y alocada".
... Agarramos los peores asientos.
Y como es de costumbre, la risa nos invadió en toda la película, que por desgracia fue demasiado lenta y duradera. (no es lo nuestro permanecer encerradas en un cuarto pequeño por mucho tiempo) Dieron las nueve, y mientras esperábamos a que sus padres llegaran a recogernos, nos quedamos desnudas ante la violencia matutina de las tenebrosas calles de quinta normal -que de normal no tiene nada- y aprovechamos de burlarnos de la gente, fotografiarlas y confesarnos nuevas cosas.
... Mientras íbamos en el auto, al escuchar a sus padres molestarla y notar como caía fácilmente en el juego, sonreí. Nunca iba a encontrar a alguien como ella en ningún otro lugar.
Etiquetas: amistad, cine, cuartos, despejada, felicidad, joven y alocada, risas
Publicado por Revelaciones de un añil opaco el miércoles, 20 de marzo de 2013 a las 10:19 p.m.
