Definitivamente ayer, llorar, me vino bien. Aunque todavía siento un ligero nudo en la garganta que fácilmente lo puedo desatar con una taza de té.
Hoy me quedé en casa, el resfrío ayudó un poco a que el malestar fuese creíble, y se podría decir que amanecí como nueva, o reparada... aunque no tan plena.Etiquetas: lloriqueo, nudo en la garganta, nueva, plenitud, reparada
Publicado por Revelaciones de un añil opaco el miércoles, 20 de marzo de 2013 a las 12:43 p.m.