Ser una espectadora de la vida te convierte en una amante de ésta.
No me canso de observar a las personas relacionarse entre ellas, con la tecnología, con la naturaleza. Me es muy curioso el lenguaje corporal, la manera en que exageran las cosas, como lidian con las tragedias y las alegrías. Me impresiona enormemente como ahora, por lo desconsiderados que hemos sido, la naturaleza se adapta ante la creación del hombre. Al contrario de lo que todos piensan, creo que ésta no nos está dando la espalda, sino que trata con todas su fuerzas amoldarse a nosotros para darnos un poco más de vida, por eso está extraña, se está forzando a cambiar por nosotros.
Estoy distanciada del resto, es por eso que puedo ver las cosas -a mi parecer- con tanta claridad. Mi vista del paisaje es ilimitada, desde atrás puedo ver todo y a todos.
Publicado por Revelaciones de un añil opaco el lunes, 29 de junio de 2015 a las 10:03 p.m.