Últimamente me he puesto a pensar mucho en lo rápido que pasa el tiempo... me asusta, y demasiado.
Este año estaría entrando a lo que se llama ser responsable por ca-da u-no de tus actos.
El próximo, a la universidad, lo que temo será difícil. No en el ámbito académico sino más bien en el ámbito social; Me autoproclamo desconocedora oficial del mundo que existe fuera de mis paredes de piel. Dejaría de ser testigo para convertirme en el mismísimo protagonista de la historia, lo que me llevaría a tomar riesgos y dejar de mantener distancia con absolutamente todo.
En estos momentos me encuentro en gestación. Soy un feto que no muestra interés en salir aún de su acogedora placenta, pero que es totalmente consciente de que queda poco tiempo ¡(a esto se debía)!, así que se voltea para que así el alumbramiento sea más lento.
Tal como él, me he desarrollado desde dentro. A diferencia de la gran mayoría me conozco a la perfección y estoy casi segura de que podría responder a la más que molesta pregunta de: ''¿quién soy?'', pero desconozco en cierta forma lo que el mundo me espera. ¿Y por qué en cierta forma?, porque todo este tiempo he sido una observadora innata con la oreja pará', como un bebé que escucha a su madre desde el útero describirle al mundo. Sé como es, pero vivirlo es diferente.
¿Me explico?
En resumen, el próximo año estarían preparando a mi madre para hacerle cesárea y sacarme de una vez por todas. Será un cambio brutal que terminará por hacerme llorar hasta que me habitúe y me cuelgue de una teta para succionar todo. (lo que -metafóricamente hablando- se reduce al círculo amistoso/familiar que me encontraré en el camino)
aunque... eso no es realmente lo que me da más miedo.
*no quiero ver morir a mis padres*