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Las horas transcurren como si nada, haciendo caso omiso a las súplicas de una adolescente que busca desesperadamente retornar a sus tiempos.
Yo y mi caminar por el transcurso de las horas.
Sí, el burro por delante.
No existen palabras para describir el cansancio que recae en mis hombros. La carga es demasiado pesada.
Publicado por Revelaciones de un añil opaco el martes, 30 de abril de 2013 a las 9:10 p.m.
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