Callejas oscuras, pestilentes y peligrosas me deparan en un futuro cercano, terminaré vendiendo mi cuerpo, oscilando entre la vida y la muerte mientras le encalille un hijo a un don nadie para darle un poco de sentido a su vida. En el nombre del padre, del hijo y de la zorra. Amén.Etiquetas: calles, contra el ideal de vida perfecta, ira, la vida perfecta está en tu cabeza, pestilencia, prostituta
Publicado por Revelaciones de un añil opaco el jueves, 11 de abril de 2013 a las 9:29 p.m.